Les Blank

Primera retrospectiva española

Hasta su muerte en 2013, Les Blank fue uno de los directores más inconfundibles del cine americano. Aunque, dado que la música y los músicos eran con frecuencia la materia de su propio estilo documental, lírico y fluido, tal vez la mejor manera de pensar en Les Blank sea como en un trovador, vagando por las desgastadas lomas del folklore americano, con una cámara en lugar de una guitarra. Era alguien verdaderamente original. Hacia el final de su carrera, Blank llevaría consigo una bolsa llena de DVD para vender en los festivales de cine. Eso le proporcionaría el dinero necesario para la próxima aventura. Distribución “hazlo tú mismo”, a la vieja escuela.

Play-Doc está encantado de presentar esta muestra picante y condimentada, con algunas de las primeras “películas musicales” de Les Blank (también hizo muchas sobre comida). Tenemos además un manjar excepcional para ti, la proyección de su “última película”, A Poem is a Naked Person (1974/2015), que hasta hace muy poco solo había sido mostrada en raras ocasiones. Como en la mayoría de las películas de Blank, Poem no es tanto sobre el artista, en este caso Leon Russell, como sobre la comunidad creativa y social que le rodea. Filmada durante dos años a principios de los años setenta, con el mismo estilo rápido y suelto que vemos y escuchamos en la música y la vida frenética de Leon Russell, POEM es una alucinante cápsula del tiempo, salida directamente de los extraños y decadentes últimos días de la America hippie, con soul psicodélico impreso en cada uno de sus fotogramas.

Después de graduarse, Blank se dedicó a hacer durante algunos años películas industriales. Finalmente lo dejó para montar su propia productora, Flower Films. Eran los años sesenta. Continuaría siendo un artista totalmente independiente hasta su muerte. Entre sus primeras películas se encuentra The Blues Accordin’ to Lightnin’ Hopkins (1969), que presenta a uno de los mayores guitarristas de blues de todos los tiempos. En esta película, una de las primerísimas obras de Blank, se aprecia ya una de sus marcas características, la intimidad distendida que consigue con sus personajes, así como su interés en presentar al artista dentro de su propio mundo. Las actuaciones musicales que logra capturar son extraordinarias, como lo son los retazos de vida rural americana, en este caso de Texas, que cautivan la curiosa y errante cámara de Blank.

Otro guitarrista de blues tejano, Mance Lipscomb, protagoniza A Well Spent Life (1971). Lipscomb, campesino de toda la vida, tenía sesenta y cinco años, cuando fue descubierto y alcanzó la fama como bluesman. Blank había conocido a Lipscomb mientras hacía la película de Lightnin’ Hopkins, y quedó fascinado por él. Es más, Lipscomb, como Blank, muestra una sincera y poética consideración hacia él. La música en esta película es una revelación cruda y visceral. “Night time, is the right time, to be with the one you love”, canta un Lipscomb enamorado, y es como si uno nunca hubiera escuchado antes esas palabras. Como siempre, Blank comparte deliciosas comidas y conversaciones profundamente personales con Lipscomb y su familia. A Well Spent Life es una mirada amable y afectuosa al interior de la vida rural sureña, en la América profunda de finales de los años sesenta.

En Always for Pleasure (1978) es donde vemos a Blank combinar dos de sus cosas favoritas, la música y la comida, con el gusto de un chef, el oído de un compositor y el ojo de un cineasta. Filmado durante las celebraciones de Mardi Gras y St. Patrick’s Day en Nueva Orleáns, Always for Pleasure es posiblemente la quintaesencia de su cine. Es un palpitante tapiz del espíritu, la expresión y el regocijo humanos, al estilo cajún. “Una comida diaria, sencilla y bien hecha” así es como uno de los cocineros del film describe su carta. Lo mismo podría decirse del cine de Les Blank. Sus películas no son nunca pretenciosas ni condescendientes, y rebosan siempre de los placeres sensuales de la vida.