abril 25, 2024

Sombras. Cineastas que nos merecemos recordar

Sombras es un espacio con el que el festival abre a la memoria del cine que aquí y antes se hizo con tanto empeño y talento. Películas que son huellas de un pasado –no sólo el de los años de la República, también la época del cine mudo, la eclosión de los sesenta…- que quizá por sernos tan próximo tenemos desatendido, pero que está plagado de trabajos estimulantes, imprevistos, singulares. La idea es traer a la pantalla la obra de cineastas que nos merecemos recordar.

Sombras 1. Tony Román.

Comenzamos este viaje con la figura de Tony Román, más conocido como Antonio Román, nuestro protagonista pasaría a la historia del cine español como uno de los principales representantes del primer cine franquista. Él dirigió algunas de aquellas películas de los años cuarenta –como Escuadrilla o Los últimos de Filipinas– hechas a mayor gloria del nuevo régimen. La notoriedad que entonces alcanzó acabaría eclipsando el resto de su filmografía, en la que hay films tan notables y poco convencionales como IntrigaMadrugadaLa casa de la lluvia o La fierecilla domada. Y aún más olvidada quedó la primera época de un cineasta que entonces no se llamaba Antonio, sino Tony.

En sus años de formación en la década de 1930, se caracterizó por un enfoque más vanguardista y experimental y realizó una serie de cortometrajes que mostraban una influencia clara de grandes maestros del cine como Eisenstein, Ruttmann y Flaherty. 

En Play-Doc la obra de Tony Román se presentará en doble sesión, ambas comentadas y conducidas por el reconocido guionista y productor gallego Pepe Coira.

En la primera de las dos sesiones dedicadas a los cortos de Tony Román se revisará el grueso de su trabajo en aquella época, empezando por Ciudad encantada (1936), una fábula sobre el enfrentamiento entre la ciudad y el campo, entre la cultura académica y la popular.

También podremos revisitar un cásico del cine gallego O carro e o home, fascinante documental etnográfico rodado en 1940 en tierras de Lobeira, que se centra en la vida rural gallega y en particular en el trabajo con los carros. 

Canto de emigración. Evocación

La segunda sesión va dedicada exclusivamente a Canto de emigración (1935). Canto de emigración. Romance en imágenes sobre motivos gallegos, que ese es el título completo, fue la primera película profesional de Tony Román. Inspirada en un dibujo de Castelao, la película contaba el drama de la emigración galega emulando a los grandes cineastas soviéticos. Aspiraba a ser un ejemplo de cine puro, como podía serlo la Romanza sentimental de Eisenstein, un cine sin palabras en el que imágenes y música entrasen en íntimo diálogo. 

A pesar de ser aclamada por los círculos cineclubistas, la película fue ignorada comercialmente y prácticamente desapareció. De Canto de emigración se conservan varias fotografías, un esbozo de guion y la partitura que el músico tudense Teódulo Páramos compuso especialmente para ella. No son materiales suficientes para recuperar la película, pero sí para evocarla. La Orquesta Clásica de Vigo interpretará en vivo la música, ofreciendo al público una experiencia evocadora de lo que pudo haber sido esta joya perdida del cine gallego.