Ozualdo Candeias

Primera retrospectiva española

Ozualdo Candeias ha sido uno de los cineastas más creativos que ha dado Brasil. Precursor del cine de autor y del llamado Cinema Marginal –uno de los movimientos más fecundos del cine brasi-leño–, Candeias viajó por el interior del estado de São Paulo como camionero, y a comienzos de los años 50 compró una cámara Keystone de 16mm para registrarlos. Fue así como pasó a reali-zar películas amateur.

Hablar de la trayectoria de Candeias es contar también la historia de Boca do Lixo, que a partir de los años 20 acoge a diversas distribuidoras de cine atraídas por la facilidad logística que supone la proximidad de las estaciones de tren. Para la distribución de su primer largometraje, A Margem (1967), Candeias comienza a frecuentar este reducto del centro de São Paulo, acuñado por los periódicos de la época con ese nombre (en castellano «boca de basura») debido al gran número de figuras marginales que frecuentan el lugar, como prostitutas, ladrones y traficantes.

Candeias fue uno de los primeros en filmar en Boca do Lixo, que a finales de los sesenta atrajo a cineastas como Rogério Sganzerla, Carlos Reichenbach, Jean Garrett, Ody Fraga y José Mojica Marins. Las películas dirigidas por este grupo fueron creciendo en popularidad y comenzaron a llenar las salas de cine. Como resultado, la Boca se transformó en un centro de producción cine-matográfica que en la década de los setenta fue responsable de cerca del 50% de la producción total de películas en Brasil.

La creatividad y la originalidad en la composición de la narrativa cinematográfica son aspectos cla-ve en la vida y en la obra de Ozualdo Candeias. El uso y dominio de la cámara en mano, los en-cuadres inusitados y de peculiar fuerza y belleza, la síntesis a través del montaje, la huida de la redundancia y de los caminos fáciles, son características de sus opciones estéticas. En casi toda su filmografía, Candeias desempeñó las funciones de director, guionista, cámara y montador.

En A Margem (1967), considerada una de las películas más importantes del cine brasileño, encon-tramos una serie de personajes marginales, marcados por un deambular incesante que expresa la inconstancia de sus propias vidas. Con Aopção (1981), premiada con el Leopardo de Bronce en el Festival de Cine de Locarno, Candeias opta por filmar en diversas regiones de Brasil. Por momen-tos parece un documental y no una sofisticadísima ficción. El crítico João Carlos Rodrigues obser-va que «como en los mejores momentos de su obra, también aquí el cineasta da poca importancia a los diálogos que, aunque existen, son meramente coloquiales. Hay momentos que recuerdan a la poesía de Dovzhenko; otros al humor de Buñuel; otros incluso a la sequedad contundente de Kaneto Shindo, pero es siempre Ozualdo Candeias, uno de los pocos directores brasileños que, a pesar de artista e intelectual, no proviene de las clases dominantes de su país».

A Herança (1971) marca la carrera de Candeias como la única adaptación de Hamlet, de William Shakespeare, hecha en el cine brasileño. La película fue aclamada por la crítica como una de las adaptaciones más originales jamás realizadas. La contribución cultural de su obra se verá también reconocida en Meu Nome é…Tonho! (1969), Manelão, O Caçador de Orelhas (1982), As Bellas da Billings (1987) y O Vigilante (1992).

Considerado como uno de los cineastas más auténticos e irreverentes del cine brasileño, Ozualdo Candeias falleció en 2007, a los 89 años, dejando una obra compuesta por 33 películas, además de un amplio acervo fotográfico. Tan importante como conocer su obra es mantenerla viva. Tene-mos la gran esperanza de que compartiendo una parte de su obra con el público de Play-Doc, estaremos contribuyendo a que las nuevas generaciones crean en el valor del cine de autor.