Dirección: Federica di Giacomo
Dirección: Federica dei Giacomo
Guión: Federica dei Giacomo, Andrea Zvetkov Sanguini
Fotografía: Greta de Lazzaris, Carlo Sisalli
Montaxe: Aline Hervé, Edoardo Morabito
Produción: Francesco Virga, Paolo Santoni
Produtora: Mir Cinematografica, RAI Cinema
La práctica del exorcismo es todavía una realidad en el mundo contemporáneo. Cada año, más y más gente afirma que sus enfermedades están causadas por posesiones demoníacas. El padre Cataldo es un veterano, uno de los exorcistas más solicitados en Sicilia. Cada martes, muchos creyentes acuden a sus misas de liberación, buscando la cura para adversidades para las que no parece haber nombre ni remedio. La reacción de la Iglesia Católica ante esta crisis es aumentar el nombramiento de curas como exorcistas y organizar cursos de prácticas para ellos. Como respuesta al aumento de peticiones de liberación del mal, todas las diócesis francesas cuentan con al menos un exorcista. En España, la archidiócesis de Madrid trata desesperadamente de cubrir siete vacantes adicionales. Solo en Roma y en Milán, el número de exorcismos ha crecido de 6 a 12, y la Iglesia ha establecido un centro de llamadas de emergencia. En los Estados Unidos, el número de exorcistas se ha multiplicado por 10 en apenas unos años.
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