ILHA

Los ecos de una isla perviven en el espacio y en la memoria. Las voces resuenan vivas. Un momento y un lugar, los vivos son sombras que transitan entre el paisaje descolorido de la ensenada. La historia se posa en el presente. La historia proyecta su lamento. Tres trovadoras. Un aparato que atrapa la voz. Una pintora que trae de vuelta el color. “Son islas afortunadas, son tierras sin tener lugar. Donde el rey mora esperando. Pero si vamos despertando, calla la voz y hay sólo mar”.