GALLO

Aitor nació con un glaucoma congénito que le hizo perder la visión del ojo derecho con tan solo catorce años. Aunque los médicos le recomendaron que no volviese a surfear, decidió no seguir sus consejos y perdió la vista en un fatídico accidente mientras hacía surf. Tenía 39 años. Hoy, 5 años después del accidente, Aitor quiere demostrar que las personas con discapacidades pueden enfrentarse a cualquier reto que se propongan, pero para ello tendrá que prepararse física y mentalmente. Sobre todo tendrá que vencer las dudas y los miedos por volver a revivir el accidente que le dejó ciego.