21-87 es una sucesión abstracta de imágenes sin relación, de la multitud en las calles, aludiendo a una sociedad dominada por las máquinas. Se dice que influenció a George Lucas en Star Wars, así como en la creación de el concepto de «la Fuerza».

La película muestra una serie de estampas de la vida en el barrio trabajador de Saint-Henri (Montreal), durante el primer día de escuela. Desde el amanecer a la medianoche, vemos a las madres mimando a sus hijos, la inactividad forzosa de un padre, a los adolescentes haciendo el tonto, a los jóvenes amantes coqueteando. El día a día al natural.

Compilada a partir de trozos de noticiarios antiguos, Lipsett llama a esta película una cápsula del tiempo, pero su montaje la convierte en una pieza explosiva. En ella vemos cientos de imágenes que alguna vez generaron titulares y que ahora, reorganizadas de esta manera, resultan irónicamente grotescas.

La Lutte propone una incursión en el mundo de la lucha profesional en Montreal. Los combates, simulados y espectaculares, tienen lugar en el foro, pero también fuera de escena, donde se practica este arte guerrero. Las cámaras atentas a los más mínimos detalles, captan a los luchadores buenos y a los malvados mientras se dan de puñetazos, se golpean, rugen y gesticulan, rivalizando en ingenio para el regocijo del público.

Este cortometraje registra el ritual de celebración de una competición de raquetas de nieve en Sherbrooke (Quebec), a finales de los años cincuenta. Considerada como la precursora del nacimiento del cine directo, Les Raquetteurs marca el comienzo de una nueva manera de abordar la realidad en el cine documental y anticipa el estilo inequívoco de la recién formada unidad francesa del National Film Board de Canadá.

Dedicado a «todas las víctimas de la intolerancia», esta película retrata el nacimiento del skateboarding en Montreal. Una nueva actividad reprobada por adultos y policías y que daba a los más jóvenes una excitante sensación de velocidad y de libertad. Rouli-Roulant, la primera película hecha sobre este deporte, capta la euforia de chicos y chicas pasándolo en grande mientras ruedan cuesta abajo sin frenos.

La primera película de Arthur Lipsett es una mezcla vanguardista de fotografía y sonido. Está hecha con docenas de imágenes aparentemente familiares, con fragmentos de conversaciones oídas al pasar y de vez en cuando una voz que dice: «Muy bonito, muy bonito».

Este magistral cortometraje es una alegoría de  Norte América moderna, durante la crisis de los misiles en Cuba. El montaje poético sugiere tanto la aversión como la fascinación que evoca esta especie de «Eldorado», un lugar que es a la vez asilo para ancianos e ideal de progreso norteamericano.