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Nacido en 1954 en Maceira, una pequeña aldea de Lalín, Antón Lamazares es uno de los grandes referentes de su generación. En los años setenta comenzó su apuesta intelectual en el terreno de la poesía, ámbito que, si bien dejó una profunda huella en su vida, abandonó tras realizar un largo viaje por Europa y conocer la obra de algunos de los grandes pintores de los siglos XIX y XX, como Vincent Van Gogh, Paul Klee o Joan Miró.
La propuesta artística de Lamazares ha destacado por prestar una atención cuidadosa y meditada hacia aquellas cuestiones que una cultura contemporánea como la nuestra, basada en la innovación constante y en la velocidad compulsiva, tienden a olvidar. Así, asuntos como la memoria, la importancia de las cosas humildes, el paso del tiempo o el valor de la mirada contemplativa, se han convertido en el núcleo central de su trabajo. Todas estas cuestiones pueden apreciarse en unos cuadros en los que el cartón —superficie humilde por antonomasia— y el barniz —material pictórico prácticamente imperceptible— adquieren el mayor protagonismo.
La película Horizonte sin dueño, dirigida y producida por Nayra y Javier Sanz Fuentes, se presenta como un acercamiento a todas estas cuestiones de la mano del pintor. Mientras se prepara en Budapest una exposición con algunos de sus cuadros más importantes —varios de ellos presentes ahora en esta exposición de Tui—, Lamazares realiza un viaje sin destino fijo para encontrarse con amigos y familiares y reflexionar sobre numerosos problemas cruciales de nuestro tiempo.