Bienvenida

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Querido Play-Doc:

Soy Dominic Gagnon, de Rimouski. Desde hace 20 difíciles años hago películas. Unas funcionan y otras no. Sin embargo en retrospectiva todas funcionan. ¿Por qué? Porque finalmente tienen una audiencia. Una audiencia que podría ser de Rimouski, pero que finalmente es de Tui. ¿Por qué Tui? Tendríamos que preguntarle a Sara y a Ángel, pero la pregunta no es por qué, sino cómo. ¿Cómo conocí después de veinte años de carrera a un periodista de la revista Cahiers du Cinéma? ¿Cómo acabé bailando pogo y muerto de risa en mitad de la noche con los Dirty Coal Train? ¿Cómo conocí a Claire Simon, un ídolo, de quien me enamoré en el tiempo que tardamos en llegar a un restaurante? ¿Cómo hubo un público distinto para cada una de mis proyecciones y cómo es que llegué a comer tan bien cada noche y en tan grata compañía? ¿Cómo encontré en esta pequeña ciudad fortificada, la calma y la protección para hablar de mis problemas como cineasta y de mis proyectos más descabellados? Fue en el año 2017, en Tui, donde recuperé la confianza perdida tras la larga controversia que rodeó a mi película Of the North (2015). Conocí a fantásticos invitados de Nueva York, París, Londres y Berlín, pero principalmente de Tui y de las zonas cercanas. Personas apasionadas por el cine y orgullosas de su festival. Me conmovió caminar por sus calles y ver que en cada tienda había un cartel del festival. No hubo un solo momento en el que no me preguntara: ¿Por qué no es así en Rimouski, mi ciudad natal, que es apenas más grande que Tui pero igual de excéntrica en relación a las grandes ciudades? ¿Por qué?. Bueno, la respuesta es simple. De nuevo volvemos a Sara, a Ángel y a los miembros de su equipo que tras una semana prácticamente todos se convirtieron en amigos. Siempre regresaré a Tui. Gracias Play-Doc. Keep on Rockin’!

 Dominic Gagnon

“Toda desviación del convencional, muerto, cine oficial es un signo saludable. Necesitamos filmes menos perfectos y más libres”, proclamaba Jonas Mekas.

Esta declaración bien podría servir de epígrafe para esta decimocuarta edición de Play-Doc. Una edición repleta de filmes libres, como los de Goldman (nuestro director en retrospectiva), verdadero “apóstol de lo único”, el genio más destacado y olvidado del New American Cinema. O como los de Aloysio Raulino (del que mostramos la primera retrospectiva internacional), originales, inclasificables y desconocidos. Libres también como los de Ozualdo Candeias (a quien rendimos un pequeño y necesario homenaje por el centenario de su nacimiento), pionero del cine de autor y precursor del Cinema Marginal brasileño. Esa libertad, significativa en estos tres autores y que se extiende también al resto de la programación, parece indisociable de una fuerte marginalidad. Libertad y marginalidad que encuentran su escenario perfecto en las calles. Es por esas calles, omnipresentes en esta edición, por las que te invitamos a deambular, a perderte, a desviarte del camino convencional para adentrarte por callejones menos seguros pero infinitamente más excitantes e interesantes.

Sara García Villanueva

Tui