Dominic Gagnon

Primera retrospectiva española

Esta retrospectiva se dedica al trabajo innovador y perturbador de un cineasta inconformista: Dominic Gagnon. Su cine, a medio camino entre el documental y el found footage experimental, obtiene sus recursos de Internet, concretamente de las plataformas de libre difusión, y está interesado en un nuevo fenómeno: los vídeos realizados por aficionados en la era de las nuevas tecnologías. Estos vídeos, de alguna manera las actuales «películas caseras», son estos clips que inundan la página web YouTube: una persona graba su día a día, se dirige a la cámara y comparte sus percepciones del mundo con la comunidad virtual de la Red. Gagnon se apropia en primer lugar de este material filmográfico y lo organiza, para posteriormente crear un documental único. Sin necesidad de un proceso de rodaje, su trabajo se basa en cientos de horas de visionado, un impresionante archivo en varios discos duros, cribar de forma minuciosa los vídeos seleccionados y ordenar estos discursos fragmentados para crear un todo significativo. A través de la síntesis de estas múltiples percepciones únicas del mundo, sus películas son un retrato documental de la sociedad occidental 2.0. Estos vídeos, a primera vista triviales, mundanos y sin valor en la jungla de Internet, se transforman en un material cinematográfico inédito y revelan rastros subestimados aunque de gran valor en la sociedad actual.

Gagnon experimenta por primera vez con este enfoque en la película RIP in pieces America (2009), en la que presenta un montaje de vídeos de internautas aficionados estadounidenses de todas las edades. Sola, encerrada en su casa, cada persona se graba con una cámara de baja calidad (una webcam en la mayoría de los casos) y se dirige «al mundo». Estos fragmentos de Estados Unidos a trozos nos muestran estadounidenses supervivencialistas y paranoicos que comparten una gran soledad, una desilusión política y la desconfianza en el Gobierno. Si RIP in pieces America (2009) se compone principalmente de vídeos de hombres, Pieces and love all to hell (2011) nos muestra el punto de vista de las mujeres estadounidenses, y Big kiss goodnight (2012) se limita a un único personaje pintoresco con el seudónimo Joe Talk. Gagnon realiza una cuarta película de found footage titulada Hoax_canular (2014) en la misma línea que sus tres trabajos anteriores, esta vez con los adolescentes y el fin del mundo como tema. De todos estos fragmentos montados por el cineasta, surge un perturbador retrato de un Estados Unidos que brota de las profundidades: una sociedad atomizada que necesita subir al escenario y realizar un espectáculo para poder gritar su existencia. Gagnon está aquí para revelar al mundo una cara enturbiada y oculta de la realidad. No trata tanto de decir como de mostrar algo que escapa a la percepción inmediata de esta subcultura. A diferencia de muchos cineastas de found footage, que proponen una mirada al pasado, Gagnon se centra en el presente y en el futuro, ofreciendo el visionado de los vídeos extraídos de Internet como futuros vestigios de la sociedad 2.0 —de alguna manera, la sociedad del espectáculo definitiva—. El cineasta nos pone un nudo en la garganta con estos vídeos de pobre calidad estética, nos obliga a mirar, a escuchar a las personas que hablan igual al resto y a hacernos preguntas. Sus películas son inquietantes, siempre al límite de lo soportable, pero que nos imbuyen con una fuerza sin igual.

Con su última película, Of the north (2016), Gagnon aborda un tema que desafía todas las nociones del cine documental y del cine etnográfico: sin cámara y de forma remota, retrata los vídeos de aficionados del Ártico, principalmente de las comunidades indígenas. Esta versión 2.0 de Nanook of the north de Flaherty, en la que Nanook ya no aparece, ha generado una gran controversia en Quebec, que le otorga, a pesar de sus detractores, un lugar en la historia del cine.

Gagnon es uno de los primeros en percibir el valor antropológico de esta reserva de vídeos de aficionados y en concebir Internet como un nuevo espacio de la vida popular para explorar. A través de su ordenador —su cámara—, ahora puede sumergirse en el corazón de este nuevo espacio alternativo donde las personas marginadas encuentran refugio: «allí donde la vida es rica y paradójica», dijo. En un deseo de hacer películas de otra manera y libremente, Gagnon ve una forma nueva y poco convencional, y de las más actuales, de observar la vida, de documentarla y de cuestionarla, con una economía de medios e intermediarios. El uso de Internet como material y como sujeto pone el foco en este desafío cada vez más necesario: reinventar y adaptar la práctica documental a las nuevas realidades sociales y tecnológicas. Al tratar de «hacer películas sobre las personas que se graban», Gagnon introduce un nuevo cine que busca la libertad y romper con los documentales tradicionales de nuestro tiempo. Sus películas ponen de relieve la convulsión social y tecnológica que se está produciendo, que no es diferente a la que surgió en el cine directo a finales de los años 50. El alcance completo de su trabajo aún no se conoce, pero la controversia y la censura que lo rodea nos lleva a pensar que podría ser una expresión vanguardista de un importante cambio de paradigma en la forma de abordar la práctica documental, y es por eso que su obra merece una mayor exposición que nunca.